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Tips para tomar mejor vino todos los días


Constantemente escuchamos hablar sobre las botellas de vino más famosas del mundo y lo difíciles que son de encontrar. Existe un deseo de contarle a nuestros amigos que nos sentamos a probar una de esas joyas escondidas. Sin embargo, el vino que nos tomamos en nuestro día a día tiene una importancia mayor en nuestra curiosidad y exploración. Esas son las botellas que asociamos con los recuerdos más importantes de nuestros vidas y las relacionas más significativas.

Desde el equipo de Vinos del Río, queremos traerles un aparte de un artículo muy interesante de Eric Asimov publicado en el New York Times, donde hace algunas recomendaciones prácticas para que sea más fácil tomar mejor vino todos los días.

"Piensa en el vino como si fuera comida. Si para ti es importante de dónde viene la comida, cómo se cría, se cultiva o se hace, y también sus consecuencias éticas y nutricionales, aplica esa misma lógica al vino. Terminarás consumiendo vinos producidos de manera más consciente, con mayor consideración y cuidado.

Baja al vino de su pedestal. Es solo una bebida, un trago placentero. Deberíamos considerarlo un pilar de la mesa, como el pan o el aceite de oliva. No solo es para las ocasiones especiales, no solo es ceremonial, no requiere herramientas especiales para disfrutarlo ni poderes especiales de gusto u olfato para saber qué es bueno y qué no lo es. Sabemos que los ostiones son maravillosos, por ejemplo, pero algunas personas no los soportan; pasa lo mismo con ciertos vinos. Es solo cuestión de gusto, no un juicio de nuestra personalidad o carácter.

Piensa en la ocasión. No tomes en cuenta lo que está en la cima de una escala universal de grandeza. Muchos podrían estar de acuerdo con que un Grand Cru de Borgoña, un Premier Cru de Burdeos o los barolos más añejos están entre los mejores vinos del mundo. Sin embargo, quizá esos no son los mejores vinos para una cena entre semana, cuando estás cansado y quieres comer algo rápido con un vino sencillo.

Encuentra una buena vinoteca. Eso aumenta en gran medida las probabilidades de encontrar buenas botellas porque los comerciantes meticulosos descartan la mayor parte de los vinos que no valen la pena. Evita los supermercados y otras tiendas no especializadas. Aunque podrías encontrar una que otra botella decente, están llenas de vinos procesados y marcas insustanciales.

Confía en los comerciantes y sumilleres. Nadie conoce los productos mejor que los comerciantes que los compran. En las tiendas reconocidas, pide ayuda. Diles cuál es tu presupuesto, quizá lo que vas a cocinar o los tipos de alimentos que te gusta comer si piensas comprar más de una o dos botellas. Este enfoque directo es mucho más útil que buscar aplicaciones que tienen puntajes para botellas o pretenden discernir tus gustos. Los comerciantes quieren que los clientes regresen, por lo que forjar una buena relación rendirá frutos antes de lo que crees. Lo mismo sucede con los restaurantes, donde a los buenos sumilleres les preocupa más que disfrutes del vino que vender todas sus botellas más costosas. Quieren que regreses.

Gasta un poco más. Puedes encontrar muchas botellas decentes por alrededor de unos 10 dólares, pero desde hace tiempo he dicho que el potencial de calidad y emoción aumenta exponencialmente al comprar vinos de entre 15 y 20 dólares. Me doy cuenta de que para muchas personas eso es mucho dinero para el vino cotidiano, o incluso para cada dos días. Sin embargo, esa es la realidad de los precios de los vinos. Si es demasiado, quizá puedes probarlo una vez a la semana.

Comprométete con la diversidad. Hay tantos vinos grandiosos disponibles en la actualidad que resulta una pena elegir solamente entre tinto y blanco. Eso no quiere decir que debas evitar los vinos que se venden por caja. Es un gran placer beber las mismas botellas a lo largo de su periodo de existencia, para ver cómo evolucionan. Eso es muy distinto a beber los mismos vinos cada noche.

Durante mucho tiempo hemos calificado a los grandes vinos en términos de su potencial para añejar, evolucionar, ser profundos y complejos. Todos esos son atributos maravillosos y definen el vino en su mejor nivel.

No obstante, quizá debemos pensar en la grandeza del vino según su capacidad para cumplir con su objetivo. Ciertas botellas son suficientemente asequibles para ser vinos cotidianos, además de ser suficientemente interesantes para captar nuestra atención mientras nos refrescan y deleitan. ¿Acaso eso no es grandioso también? Yo creo que sí."

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