De qué depende el color del vino
Aunque son muchos los factores que influyen en el color del vino, en general, se podría decir que depende de los siguientes factores:

1. Variedad
Ya sabemos que las variedades de Vitis vinifera se clasifican en tintas y blancas. La cantidad de pigmentos en las pieles de la uva va a influir. Las uvas tintas, ricas en antocianos, van a poder aportar más color al vino. De manera similar, las variedades blancas, ricas en otros pigmentos diferentes a los antocianos, podrán colorear más los vinos, llegando a dorados intensos.
Los responsables del color definitivo de un vino son los polifenoles, que se dividen a su vez en antocianos y taninos:
- Los antocianos se encuentran en la pulpa y sobre todo en la piel de las uvas. Son los causantes del color definitivo del vino tinto.
- Los taninos se encuentran en piel, pepitas y raspón. Son los responsables de ese matiz astringente de algunos vinos.

2. Clima
En zonas vitícolas donde la radiación solar es más acusada, las bayas de la vid presentarán mayor intensidad colorante, lo que finalmente se traduce en mayor coloración en el vino.
3. Método de elaboración
El vino puede fermentar en tinas o barricas de madera, depósitos de acero inoxidable y en recipientes de barro. El color va a depender del estado en el que se encuentren los pigmentos en el vino. Este estado, dependerá en gran medida del pH y estado de oxidación de los pigmentos. De esta forma, depósitos más porosos y con mayor aireación permitirán una mayor oxidación del vino. Además, recipientes como la madera, también pueden aportar sus propios pigmentos, modificando el color de su contenido. Entre más tiempo pase el vino dentro del depósito, más expuesto estará a la decoloración.

4. Crianza
La crianza hace que el estado de los pigmentos se oxiden. De tal manera, que se pierde intensidad colorante, por condensación y oxidación de pigmentos. Por otro lado, esta oxidación modifica el color de los vinos.
En vinos tintos, se pierden las tonalidades azuladas, y se adquieren tonos teja y anaranjados. En cuanto a los vinos blancos, se pierden esos amarillos pálidos y verdes, adquiriéndose tonalidades doradas, incluso amarronadas.
5. Envejecimiento
Después de la crianza en barrica, viene el envejecimiento en botella. Aunque el vino se encuentre en un ambiente prácticamente sin presencia de oxígeno, sí que existe una microoxigenación a través del corcho. Así, de manera más suave, el vino continúa con los procesos de condensación y oxidación de sus pigmentos.